lunes, 17 de diciembre de 2007

oftalmia


El conferenciante ha terminado su exposición. Quedó ejecutada. Fue un sí sostenido, si es que el sí se puede sostener. Quizá sólo fue un no insumiso. Tal vez. Ahora sólo queda el eco, resuenan los aplausos. Debe haber sido un éxito. El público aplaudía entusiasmado. La fuerza de la costumbre. Quizás. Tal vez celebraban que la hubiese
Eso no lo sabré. Cuando todavía era un orador y la exposición se materializaba en los oídos de los oyentes o habitaba sus gargantas, en el supuesto de que se les haya atragantado,
A todo llegamos.
Mientras se sucedía la expresión de sus
En la pantalla brillaba un ojo al cual le iban practicando diversas incisiones con un bisturí. Puede que fueran varios ojos, y la diversión estuviera en la intervenciones. Tampoco lo sabré, pero sería fácil suponer. (Ah! RESPIRACIÓN PROFUNDA. Previo al suspiro. Aunque no siempre.) Si es que sí, en cualquier momento le da la vergüenza. No hay nada seguro. Persistente, eso sí, como una masa tumoral que se mantiene estable: PATOLOGÍA DEL SISTEMA LAGRIMAL. Allí se queda, un proyecto de lágrima y su devenir. Pero hasta las metamorfosis se operan hoy en día. Hoy en día la cirugía tiene solución para todo. Eso dice el conferenciante. Debe ser cirujano. Digo yo. No se le nota. Y dónde se le podría notar su capacidad de apertura en canal, de rajar, de sanar? Nunca lo sabré.
Solución:
se aplica un tratamiento y se realiza una
CANALICULEODACRIOCISTORRINOSTOMÍA.
bien. Al menos suena a algo.

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