jueves, 30 de julio de 2009

autoretrat

interrogante

inconforme

fracturada

independiente

inmigrante

inteligente

incoherente

dislocada

interiorista

perseverante

intermitente

ingrediente

inherente

imborrable

optimista

inabarcable

impostergable

impresionista

infrecuente

subyacente

imaginaria


molècula d’asfalt

sábado, 18 de julio de 2009

suite tristeza

me dejaría llevar
hasta donde no hubiera más
nada más que mar
cielo y mar
hasta donde la olas batieran
en él
del cielo a mi
sin escuchar nada
más que viento
agua y viento
yo en el centro
un punto una gota una nada
el cielo dentro de mi
viento y mar frente a mi

y yo

transformándome
desaparecería en el todo
nada más
lejos de todo


finalmente
tan lejos de mi

viernes, 17 de julio de 2009


Lo sé
Cualquier día de estos
me encontraré
con uno
de ellos







miércoles, 15 de julio de 2009

el futbol del raval


Por la mañana de un día cualquiera un camión desembarcó una brigada del ayuntamiento en la cancha de futbol: treinta brazos subcontratados y armados de maquinaria que se ocuparían, en muy pocas horas, de abrir cinco fosas en la línea central.

De portería a portería.

Al medio día, los huecos ya habían sido cubiertos con cemento y coronados por cuatro vallas cada uno. Pero los chicos del barrio volvieron a la cancha y, apartadas las vallas, se pusieron a jugar futbol.

Tres días tardó en aparecer el mismo camión sin perforadoras ni brigada, sólo con un hombre y un candado, para cerrar el acceso a la cancha. Pero los chicos del barrio volvieron y, una vez saltada la reja, se pusieron a jugar futbol. Hasta ayer,

de un día cualquiera. De madrugada, cinco flamantes mesas de pin-pon fueron colocadas proporcionalmente, una al lado de la otra, en la línea central de la antigua cancha de futbol. Y cuando los chicos del barrio volvieron… miraron el cielo, las paredes de la muralla, los mendigos de la metadona, el descampado lleno de caca, la calle, la acera, la pelota y las ansias de chutar a gol.

Ahora ya no hay gritos ni porterías, nadie levanta polvo ni rompe ningún cristal. No son muchos los chicos del barrio que vuelven. Y será difícil conocerlos si no jugamos a futbol.

domingo, 12 de julio de 2009

con palabras de otro

Nuestras emociones tienen una mente propia,
una mente cuyas conclusiones pueden ser
completamente distintas
a las sostenidas por nuestra mente racional.

- Daniel Goleman -