martes, 24 de noviembre de 2009

un instant de no res

Son las 13.57 y mi cara se quema con el sol de noviembre. 23, para ser exacta. Quedan muy lejos los gritos de los niños en el patio del cole. Casi irreconocibles. Una bandada de pájaros. Podría ser. Un insecto desafinado. O el transeúnte malherido que se bate en retirada. Sabadell reposa tranquila a estas horas, nada la estremece. Casi nada. Ahora las campanadas de una iglesia la hacen temblar. Un poco. Sólo es un instante. Marcan las 14.00. No más. Y heme aquí. Apartada de todo, dibujando un cuadro costumbrista. Me acerco tanto, me concentro tanto, que ahora desenfoco. Rutina de un martes en l'estruch. Papel tapiz tras papel tapiz, pasando de las flores al dorado, hasta que llegue al vinotinto sin sedas ni satén. Mis pantalones se van endureciendo con el uso, con el paso de los días. Hay trozos con apariencia de vida acartonada. Piel de cola y selladora. Es otra manera de escribir un poema. Más basta quizá. Igual el pantalón es el reflejo de algo que hay más allá, la metáfora del work in progress. Sí, se nota que han pasado los días, casi dos meses que voy atravesando la sabana, enfilando el pensamiento sobre un tren, hilvanando el debe y el haber de mi historia. Personal. Todo es personal, al cap i a la fi. Hasta el dinero es personal. Al cap i a la fi, no brota, no florece. Alguien lo da. Al cap i a la fi, enternece la conciencia. En fin, ablanda cualquier moral. Me fui del tema, si es que había alguno. Sí: heme aquí. Bajo un noviembre de sol sabadellenc, fent guixots amb el deliri de les 14.06. Deu ser el sol que m’aferra al terra, i aquest llapis ensinistrat que avança tot sol. Fins ara. Fins aquí.

Ara mano jo














14.19 ... encara sóc aquí. I què bé que se està sota aquest sol de novembre a Sabadell!

1 comentario:

Rai dijo...

Instantes como éste son los que hcen que todo merezca la pena... pese a algunas imágenes mentales que puedan acompañarlos.

Disfrútalos