domingo, 22 de febrero de 2009

la cancha



Hace cosa de tres días que delante de casa apareció una cancha de fútbol. Antes sólo era un descampado donde se proyectaba construir un hotel, uno de esos de 4 estrellas que de un tiempo para acá han empezado a germinar por el Raval. Pero mucho antes de eso, antes de los sueños de cambio y remodelación del barrio, el terreno baldío y vallado fue parking y una pensión, casa de esporádicos, yonkis, prostitutas, borrachos, turistas, despistados, parejas de 50 céntimos el minuto y hogar de la señora Carme, “la escritora”. Desde su ventana, ella controlaba las idas y venidas de la policía, de las ambulancias, recordando la cantidad de veces que había prestado declaración o la cantidad de otras que había pedido ayuda para retirar el cuerpo que le obstaculizaba la entrada en su habitación. Eso era la antigüedad del Raval. Hace cosa de tres días que el Manú retarda el cierre de la puerta de casa, porque espérate mama chute paradón gol… La crisis ha convertido una propiedad privada en espacio público... oye que antes que llegarais vosotros estábamos nosotros... vosotros esta mitad, nosotros de aquí para acá… que no me digas mi amor… oye que aquí cabemos todos… pero vosotros a qué jugáis… a futbol, a meter goles en la portería igual que vosotros… sí pero nosotros queremos todo el campo… pero se puede compartir, no?.... pues, no... diez minutos, vale, diez minutos y nos vamos… tú quieres diez minutos y yo chuto y te golpeo… tío déjalos que jueguen… quiero todo el campo… diez minutos, sólo son diez minutos, ok? … oye que yo juego con ellos… pero qué haces?… juego con ellos… guay, te llamas? … Aaron… Él, Manú, yo, Tays… Y pasaron los diez minutos, que al final fueron 15… Y empezó el partido, el Manú fue invitado por Aarón a formar parte de su equipo, y Francisco, el líder, pedía que le pasaran la pelota al más peque, aunque Ibrahim no estaba demasiado de acuerdo y Musaf, portero genial, se reía, y carreras, gritos, uys, gooool y…. Eeeeeehh! Piensas quedarte ahí toda la noche?... A las 7 y media los que parecían gigantes desenfadados y un tanto insolentes, desaparecieron balbuceando adioses con paso apresurado y ánimo encogido. La noche había caído sobre el Raval. Mañana, quizás, volveremos a jugar. Y volveremos a pactar, si es que antes no nos ganan la partida, a todos por igual, las cacas de los perros y las agujas de la metadona.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacía mucho que no me pasaba por aquí y ¿qué me encuentro? Una bonita historia que inaugura una nueva sección. Felicidades!

la sonrisa del calabacín dijo...

Guau! Qué alegría me da verla otra vez por aquí!
Venga usted cuando quiera, (se admiten bebés).
Un beso-T

Marileo dijo...

Me encantan y fascinan estos dibujos y más si están acompañados de una linda historia... Y que viva el encuentro por el futbol.
Un beso grande.
Marileo

la sonrisa del calabacín dijo...

Más me encanta a mi, tenerte por aquí y saber que estás. Cómo, ya me lo dirás en otro momento, hora, lugar...
Pa'lo que quieras-queráis,
T

Anónimo dijo...

Las consecuencias de la crisis no siempre me disgustan y el fútbol tampoco. Bonita historia.

la sonrisa del calabacín dijo...

¡MJ! ¿Cuándo te veré?

Anónimo dijo...

Me uno al comentario de CC! Hacía mucho que no pasaba por aquí y ha sido un agradable retomar. Me encanta mi futbolero... y las reproducciones de las historias de la "manager"! jajajaja!
Besos a los 2.
F.