lunes, 25 de febrero de 2008

escala parís



_ vite! vite!
Este era el monosílabo en repetición que empleaba una azafata y francesa para darle prisa a una docena de pasajeros que llegaban con tres horas de retraso al aeropuerto de París. La azafata francesa et très belle puso todos los medios, los suyos y los del aeropuerto, para que consiguiéramos embarcar en el avión: una furgoneta, un ascensor, privilegio en la cola de la policía de fronteras... La cara de la plus belle no perdía en ningún momento el dibujo de su emoción: estos pasajeros llevan prisa, y sus piernas concordiaban la intención, (su corazón era una plaza): piernas tenemos prisa, mucha, un pie delante, otro delante del otro, y el gesto que prevé apartar cualquier obstáculo siempre precedido por la palabra
vite, vite, vite.
Ascenso inesperado y vertiginoso con parada a 325 mts. de altura. Tercera planta de la torre Eiffel... Bienvenue! El avión con destino a Caracas nos nos esperó... Voilà! Pantalla panorámica con visión ininterrumpida. París es una esfera y yo estoy entre las nubes. Bonjour paris... je suis arrivé! Je suis ici encore! Estoy impresionada, sí, hasta cierto punto, pero si estoy maravillada el punto es más exacto. En cambio si digo transportada, la precisión del que describe es aún mayor. Antes, mucho antes no tenía, tenía otras cosa, pero no el paisaje, no la posibilidad de recorrerla, tenerla, el río sena mojando mis axilas..., el louvre donde una mujer le sonríe a otra, rap al pompidou, escaleras al sacré coeur, quasimodo en notre-dame, l’arc del triumph, donde dormí a sus pies una mañana de... Cada retazo una foto mental, recuerdos en primer plano, diapositivas del pasado yuxtapuestas al presente continuo, al presente indeterminado, al presente fluido cual bateau-mouche. Tiempo sobre el tiempo, sobre mis pechos tiempo, sobre mi vientre tiempo, refugio del tiempo, a veces de olvido, y esta de hoy no soy yo, son dieciséis años menos, más ligera, más liviana la mochila que lleva colgada al hombro. Qué espera? O a quién? Ahora camina por el cementerio Père Lachaise, ahora abandona una rosa... (cuando las rosas todavía hablaban)... sobre la tumba de jim morrison, saluda a bizet, le hace un guiño a molière... mais elle est triste... et elle est très contente... C’est bravo d’exister! Rimbaud en resonancia, Rimbaud el visionario, el incomprensible... Un sueño de libertad. Paris con veintidós años. Soy vértigo, no soy nada. Voy creciendo, abriendo mi horizonte...
Y esto es lo que aquí encuentro, reencuentro. Aquí arriba vuelvo a recuperar la antigua mirada, el giro de los trescientos sesenta grados.
Frente a mí, alguien busca a los amantes sobre le pont neuf... Los busca en vano. No los encontrará. Ellos no..., ellos ya no están.

Au revoir Paris!
Au revoir madame!

1 comentario:

Laura Freijo Justo dijo...

yo nunca he estado en paris... ni siquiera para hacer escala... algún día iré, aunque mi francés sea tan monosilábico, siempre puedo hacer mimo, como buster keaton pidiendo leche en un restaurant de la capital de la boheme... recuerdos!