miércoles, 29 de octubre de 2008

familia-RUM



Estos son run, run, los cuidadores de rim, rem, ram.
No tienen boca, pero tienen manos.
No dicen, pero no sienten sed.
Y aunque tengan una sola pierna,
si se abrazan,
huyendo, salir podrían.
(...)
¿De quién?



jueves, 23 de octubre de 2008

o

me gusta viajar en ascensor elevador de sueños contenedor del tiempo un punto en suspensión la coma del día


hasta que el ascensor abre sus puertas y me expulsa entonces allí queda punto muerto punto de referencia mi punto de fantasía

martes, 21 de octubre de 2008

divagaciones

Somos eso.
Retazos de varios. Pedazos que se desvanecen y otros que se quedan en pie.

_ ¿Sabría decirme dónde queda la calle Cartagena?
_ Haga esto: mire en la pared.

¿Y si no hay pared? El mapa no me dijo que la rotonda estaba en variación. Porque todo gira y cambia, o gira y me estrangula.
Somos eso, ¿no?
Una historia que se teje bajo los pies, un relato que se escribe con hallazgos. Es un gesto prestado, lo sé, pero hay quehaceres como virus, contagiados, de difícil solución. (Tienen la categoría del apego. Porque sí.) Y así es como cosecho de un cielo estrellado en el suelo mi destino virtual, una constelación que se ejecuta en mis lados más oscuros, un alter ego, un monstruo, un doble guión.
¿Realmente soy eso?
El cuerpo lo saqué de la foto de una india peruana; los pies son corazones de agua, (de fácil evaporación); la descascarada alma lleva un escudo, (ineviatable): la carta del 6 de diamante rojo con polvo de tierra.
No soy yo.
Es mi optimismo quien baila y engorda con recetas, tareas, cartas del olvido y alguna instrucción: un libro, la lista del hubo y el debió, y una ruta con capitales de la nueva e inexplorada Europa.
¿Soy eso?
Soy y no soy yo.
Porque el hallazgo me sorprende a mi pero contruye a otra, una variación, como la rotonda. Giro y giro y finalmente camino por la calle Cartagena.
¿El de hoy?
Una cabeza de elefante roto porcelana que situaré en el lado más alejado de la razón.
¿Es el azar, no?
Tal vez.
Pero seguro que yo no soy.

jueves, 16 de octubre de 2008

dime cómo

_ Mama, ¿tú en qué año naciste?
_ En 1969
_ En la antigüedad.
_ Más o menos.
_ Y cuando tú naciste, ¿ya habían calles, coches, parques, y todo esto así como hay ahora?
_ Sí, y algún torosaurio jugaba conmigo.
_ ¿De verdad?

sábado, 11 de octubre de 2008

fuera de servicio

sin internés, ni ordenadó, sin cámara de fotós, sin esecaner, sin camará de vídeó i sin alguna neurona digjital... Estoy sumergida en el desperfecto , debe ser por esto que voy tan despeiná, tan incomunicá, tan sin saber de una, ni misma, ni otra. Sólo me atribuyo lo imprescindible, lo indispensable, lo lo. Y a falta de todó, sólo entiendó lo necesarió, eso sí, duermo más, leo lo de siempre y sonrío todo lo que puedo: Que locutorios hay en el raval y ahora me acompañan las aportaciones musicales de mi amigo Pau.


domingo, 5 de octubre de 2008

el arte de volar cometas



_ El viento, ni demasiado, ni demasiado poco.
A penas la levantas y se dejar ir.
¿Ves cómo se eleva?
Su viaje está en tu mano.
Sueltas pabilo, todo el que tienes para soltar.
Suelta, ve soltando.
Si tuvieras más, entonces más.
Y allá arriba está.
¿La ves?
Danzando entre nubes.
Ya no hay nada más que hacer.
Sólo contemplarla.

_ Mama…

_ Sentirla
a través del hilo.
Sentir lo que ella siente
sólo a través del hilo.
Animarla, si decae.
Ni demasiado, ni demasiado poco,
la vas siguiendo en la distancia.
Hasta que decides acabar.
Entonces vas recogiendo
el rollo de pabilo otra vez contigo,
todo lo que tenías para dar
otra vez en tu mano.
Pero cuando vuelve
Está inerte
Así que una vez más
La vuelves a soltar
La echas a volar
Y en este ir y venir
De la nube a ti
De tu mano al viento
Dejas de ser tú
Para ser cola, para ser vela
Y sin darte cuenta
estás volando

junto a ella…

_ Mama, jugamos al futbol?

_ Vale…