jueves, 21 de agosto de 2008

piuurrríík!


ahora que todos se han ido
ahora que no hablo con nadie
ahora que Caribito se ha quedado solo
aprendo el lenguaje de los pájaros
ahora que no he de responder preguntas pirueta
ni ocultar la pena
envuelvo las ausencias con destreza
y las meto en la caja de algún ascensor
por lo demás...
los semáforos siguen pareciéndome una extravagancia
pasan del blanco al negro y del ocre al rojo
sin dar señal, ni punto y a parte
próxima parada
2 metros más al fondo
2 metros más pa'dentro
tres semanas más

jueves, 14 de agosto de 2008

consejo pirueta


mama, un dibujo

¿ves?
lo doblo, así
¡ten!
tú lo coges
te pasas el papel por la cabeza
así, aquí, varias veces
varias así
ya está
ahora ya tienes la imaginación
así ya puedes tener buenas imaginaciones

te frotas muchas veces la cabeza con el papel
y tienes muchas imaginaciones
te frotas por la mañana el papel
también por la noche el papel
así
antes de dormir cuando te vas a dormir
también
y tienes buenos sueños y buenas imaginaciones

jueves, 7 de agosto de 2008

diagnóstico estival




Apoyo la barbilla sobre la mano y voy mirando. Mucho rato. Miro por la ventana y veo cómo las hojas se dejan caer. Cuando esté desgastada, arrugada y me encoja, volveré a mirar por la ventana y levantaré una mano en señal de despedida. Sin saber cuándo lo volveré a ver. Lamentando no haberlo acompañado hasta el coche, hasta la esquina, hasta la acera de enfrente. Cada uno a su sitio. Él fuera, yo adentro. Y pasaré el día esperando, los días, la bragueta abierta, el lamparón en la falda, por collar un babero, sentada en un coche sillón. Al final te vuelven a arrastrar, lo mismo que al principio. A limpiar. A regañar.
Estoy trabajando, la cabeza ida, pasando las horas en este casi nada que hacer. Poca cosa. Muy pocas. Soy la voz de la residencia, la que dice lo que han dicho. Reparto lo que llega. Aunque aquí llega muy poco. Una carta, un tesoro, una llamada, una palabra. Lo siento. No hay para todos. El resto del tiempo leo, sino escribo, sino... divago. Ensimismada, aletargada, idiotizada. Así llego muy lejos. Ahogada en mi. Círculos concéntricos en fuga permanente. Separada de todos ellos por la edad. Y no me aburro, tengo fecha de caducidad.

- Nena! Si alguien pregunta por mi, tú diles que me he ido todo el día. Que me he ido fuera. ¿Sabes a dónde? Tú no se lo digas a nadie. ¿Sabes dónde? Al cementerio.